Alberto Datas

No es justo dejar esta imagen tan solo con lo que pueda decir por si misma. He vuelto a tener noticias de Alberto. La claridad de la obra de este hombre, al que veis arrastrando su obra, sigue presente en, quisiera creer, todas partes. Antón ha traído unos buenos cuadros, en su cámara digital, de la Feria de Santander; tomadas en su galería Marisa Marimón. Ahora me voy, temprano, a continuar emulando sus incansables garabatos. La vida puede ser todo menos indolente. Todo excepto soberbia y caprichosa. Algún día: "salimos al aire libre y comprobamos que la vida continúa sin nosotros", decía Ingrid Noll. Alberto me mandó, firmado, el catálogo de su obra, el del Centro Galego, que yo le hice llegar con mi compañero y maestro Alfonso Gortazar. Fué con motivo de un tribunal en la Universidad de Valencia, mientras el examinando exponía en alta voz sus conocimientos, Datas infatigable, dibujante inquieto, entretuvo el tiempo garabateando dos cuartillas, que me regaló. bolígrafo, pilot y un rotulador rojo que le permitió bidimensionar el resultado. -Llévaselos a tu amigo, dile que la hoja pintada por ambas caras la buena es ésta y así lo dejó escrito: Datas 6-11-02. Así es como dispongo de dos inéditos dibujos del maestro. Fruto de mi atrevimiento, del recado de Alfonso y de la generosidad del artista, y una cosa impagable me trajo también Alfonso: la incredulidad de don Alberto porque a alguien le interesara su obra. Si en aquel lugar, al que luego iremos, tiene sitio para los justos, Alberto Datas disfrutará de veintisiete mil metros o más. Así es como, a veces, puedo decir con Camarón de la Isla:

Si te miro a ti,

que salga el sol o no salga

¿qué me importa a mi?